En una de las islas occidentales del norte de Escocia algunas casas de un pequeño pueblo muestran un curioso efecto durante unas horas cada día: una brillante línea luminosa perfectamente horizontal recorre sus fachadas. Un poco más allá, sobre un montículo junto al mar, otra línea se deja ver exactamente al mismo nivel. Todas ellas están sincronizadas y alineadas y se encienden cuando sube la marea, marcando una línea de costa imaginaria. Nos están recordando hasta dónde llegaría el nivel del mar en el futuro de continuar los efectos del cambio climático y el calentamiento global, una de cuyas más visibles consecuencias es la subida del nivel de los océanos.
El mensaje forma parte de una instalación artística titulada Líneas (57° 59′ N, 7° 16’W), que hace mención a su ubicación. El lugar es el Museo y Centro del Arte Taigh Chearsabhagh de la localidad de Lochmaddy, que ya se ha visto afectada en los últimos años por fuertes tormentas y mareas anormales y extremas. Quien ha diseñado el curioso montaje es Pekka Niittyvirta, un artista finlandés.
La instalación funciona con luces led de bajo consumo, temporizadores y sensores flotantes que se activan en el momento adecuado cada día. Desde lejos se diría que son como un inexorable rayo láser que recorre el horizonte, destruyendo todo lo que queda por debajo de él. En realidad son algo mucho más sencillo, aunque con el mismo poderoso mensaje:
Los lugares en los que vivimos guardan una gran relación la naturaleza; y la subida del nivel del mar, afectará a la forma en la que vivimos. El arte en este caso es el que marca el punto de partida del debate.
Una necesidad de concienciación global
Según explica el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente durante las últimas décadas se han medido subidas de entre 3 y 10 milímetros anuales en el nivel del mar en diversas zonas del globo. Es algo que puede parecer nimio, pero que es más del doble o el triple que hasta hace relativamente poco y cuyo efecto se acumula: en el siglo pasado ya hubo un aumento de unos 19 centímetros globalmente. De seguir así no se podrán proteger las viviendas costeras situadas junto a las playas al mismo ritmo al que sube el mar.
Con una subida de 7 metros, por ejemplo, Londres tendría un bonito puerto de mar; La Haya sería una isla y la playa de Sevilla sería una maravilla.
Todo esto nos indica la urgencia que hay para poner en marcha acciones para el cuidado del medio ambiente, luchar contra el cambio climático y utilizar los recursos naturales de forma responsable.
Artículo de Álvaro Ibáñez (Alvy), Microsiervos
{Fotos: Pekka Niittyvirta / Timo Aho}