Por regla general, crear una tienda que no acepta clientes y en la que no se puede comprar nada puede parecer una idea descabellada. Entonces, ¿por qué se está convirtiendo esta fórmula en tendencia? A continuación arrojamos algo de luz en torno a este nuevo formato de dark stores o ‘tiendas oscuras’.
Adaptación al mercado
No es ningún secreto que en la carrera por liderar el e-commerce las empresas se están encontrando con clientes cada vez más exigentes que buscan entregas más rápidas y frecuentes. Es más, el 75% de los consumidores están dispuestos a gastar más si están satisfechos con los servicios de entregas. Pero, aunque esto pueda parecer una buena noticia, los datos demuestran que, en algunas ocasiones, los modelos actuales no están siendo rentables. Muchas empresas y pequeños negocios están absorbiendo una parte del coste de las entregas de última milla.
Las dark stores nacieron en Reino Unido como una respuesta de los comercios online (principalmente supermercados) a esta problemática que generan las nuevas tendencias de consumo. Estos espacios funcionan como almacenes de operaciones para preparar pedidos que llegan exclusivamente desde la tienda online, o como punto de entrega para aquellos comercios que ofrezcan click and collect. En España, este modelo aterrizó de la mano de la aplicación de mensajería Glovo, que estableció en Barcelona un supermercado abierto las 24 horas del día para repartir artículos de alimentación y cuidado personal.


El objetivo es mejorar la disponibilidad de los productos creando un sistema logístico y de distribución centralizado menos costoso que si se llevara a cabo de manera aislada a través de la red de tiendas habitual.
Ventajas de este modelo
Eficiencia: Son activos valiosos para enfrentarse a la última milla, la etapa más desafiante de la logística 4.0. Se sitúan cerca de los puntos de consumo, mejorando la eficiencia en las entregas inmediatas y reduciendo los tiempos click to deliver o desde que se compra hasta que se recibe. También facilita las devoluciones y limita el número de entregas fallidas.
Costes: Estas “tiendas” se distribuyen por áreas con una gran densidad demográfica, pero no tienen la necesidad de estar en zonas comerciales. Si a esto le añadimos que pueden funcionar con un mobiliario mínimo —ya que no es necesario atraer al cliente—, los costes en comparación con la apertura de una tienda tradicional abierta al público son notablemente menores.
Disponibilidad: Estos almacenes no se rigen por el horario comercial, por lo que es posible operar las 24 horas del día. Esto mejora la productividad y maximiza las oportunidades de venta estipulando varios turnos de trabajo.
Rapidéz: Su diseño está pensado para que los pickers —profesionales encargados de preparar los pedidos solicitados por los clientes— seleccionen los productos de manera rápida. Además, al no existir las zonas frías y calientes, los artículos se ordenan por frecuencia de compra, facilitando el trabajo.


Tendencia en el mercado del delivery
Pero el retail no es el único sector que está reconviritiendo sus tiendas menos rentables o creando nuevos espacios para añadir valor a su estrategia omnicanal. La hostelería también se ha sumado a esta tendencia con las conocidas como dark kitchens o ‘cocinas fantasma’. Hablamos de restaurantes a los que únicamente pueden acceder los cocineros y los repartidores y que se dedican exclusivamente a la elaboración de alimentos para la venta a domicilio.
Este sistema, además de mejorar la eficiencia y evitar la saturación en sus locales abiertos al público con los pedidos a domicilio, permiten a las marcas expandirse en zonas que antes no tenían cubiertas. A esto hay que sumarle que no son necesarios los recursos que requieren los locales convencionales para prestar servicio a los clientes en físico.


En España este concepto no está todavía muy extendido. Pero, teniendo en cuenta que los modelos de distribución urbana actuales no son sostenibles, se espera que el mercado vaya madurando poco a poco. En una época en la que los responsables de urbanismo intentan limitar el uso del coche privado, inundar la ciudad con furgonetas de reparto no es una solución viable. Las dark stores se presentan como una herramienta para poder asumir el aumento del comercio electrónico que se espera durante la próxima década. Y supone a su vez una oportunidad para muchos inversores. Los locales comerciales se adaptarán a las nuevas necesidades de la demanda tras el covid-19.