La incertidumbre y la inestabilidad, con las que ya convivíamos desde hace años, han escalado a cotas desconcertantes. Cambios que se preveía ocurrieran de forma gradual a lo largo de esta década, entre ellos el papel de las oficinas, las formas de trabajo y la configuración de los espacios destinados a ello, se han acelerado de forma vertiginosa.
Los espacios de oficina flexibles, coworkings incluidos, que habían experimentado un rápido ritmo de expansión en los últimos cinco años, se han visto muy afectados por la súbita e inesperada crisis global provocada por la pandemia. Todavía es pronto para analizar los estragos que ha dejado la covid-19 en su totalidad, pero no debemos «sentarnos a esperar». Toda sombra tiene sus luces, y la resiliencia es la mejor de las capacidades del hombre; y de los mercados.
El reciente informe de CBRE, El flex a examen, reflexiona sobre estos retos y oportunidades que los espacios flexibles y coworkings tienen por delante. Os dejamos algunas pistas más abajo.
Un entorno de gran incertidumbre
En un contexto de crisis económica, la continuidad del negocio, la contención de costes, así como la preocupación por evitar contagios y preservar la salud de los empleados se sitúan a la cabeza de las prioridades de la mayor parte de las empresas.
Sin embargo, las aperturas de espacios flexibles que ya estaban previstas para este año y el siguiente se mantienen. El crecimiento de la oferta para el 2021 está asegurado. No obstante, habrá que esperar a ver la evolución de la pandemia para tener una idea más clara de la actividad en los próximos meses.


Modelos híbridos, una oportunidad para el flex
La covid-19 ha acelerado las tendencias que ya se venían detectando en el mercado. La realidad de las empresas es cada vez más compleja y no se limita a una simple elección entre trabajar en la oficina o en casa. En opinión de CBRE, el empleado podrá elegir desde qué lugar trabajar para ser más productivo, sin necesidad de estar cinco días a la semana en el mismo lugar.
Los modelos híbridos serán la norma en el futuro. Los empleados alternarán el trabajo en una oficina física proporcionada por su empresa, con el trabajo en el hogar o en un coworking.
Flexibilizar el flex, vacuna contra la incertidumbre
Al igual que todas las compañías, los coworkings y espacios flexibles se han visto obligados a reinventarse, ampliando su cartera de soluciones y ofreciendo nuevas alternativas. Las soluciones a las que han llegado la mayor parte de ellos tienen una triple función:
- atraer a clientes corporativos (tradicionalmente más reacios a este tipo de alquileres),
- incrementar el número de miembros manteniendo ratios razonables de ocupación, y
- ofrecer soluciones centradas en el servicio y no en el espacio.
Y ya no solo estos espacios han tenido que hacerse «más flexibles». Otros actores del mercado han visto en este modelo la posibilidad de sobrevivir. Hablamos de los hoteles, edificios residenciales, centros comerciales y hasta restaurantes.
Tendencias curiosas
En Estados Unidos y China, países donde el comercio online tiene una penetración mucho mayor que en España, no son pocos los centros comerciales, especialmente los más obsoletos, que han tenido que reinventarse. Una de las opciones ha sido convertirse en centros de negocios y coworkings.
En España hace pocas semanas Digital Corner dio a conocer su proyecto de transformación del centro comercial Panoramis en Alicante. Esto es, las actuales instalaciones se convertirán en nuevos espacios de coworking, oficinas tradicionales y un auditorio para la celebración de convenciones y reuniones. El centro mantendrá también una oferta de ocio y gastronomía como valor añadido a sus usuarios.


En Atlanta, Estados Unidos, encontramos Saltbox, un concepto de coworking en el que los emprendedores que trabajan fabricando y diseñando objetos materiales pueden encontrar tanto espacio de oficinas como espacio de almacenamiento, así como un completo catálogo de servicios para apoyar sus necesidades logísticas y de transporte. Cuenta con todas las comodidades que los usuarios puedan necesitar (wi-fi alta velocidad, climatización, espacios de relax, cafetería, salas de conferencias, estudio de fotografía…). Y por supuesto, se trabaja activamente el sentido de pertenencia a la comunidad, seña de identidad de los coworkings.

