Las ciudades sostenibles son uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible de la Agenda 2030 marcado por la UNESCO. Este objetivo busca garantizar un equilibrio entre la vida moderna y su entorno. Con este propósito, el pasado 8 de noviembre se celebró el Día Mundial del Urbanismo, una jornada para promover el papel de la planificación en el desarrollo de comunidades urbanas sostenibles.
En este reto por equilibrar tecnología y medioambiente, las ‘smart cities’ o ciudades inteligentes juegan un papel crucial y, aunque a muchos el concepto les suene lejano o futurista, España es uno de los países punteros en esta materia. Dos datos que lo plasman:
1.- Españoles viviendo en ‘smart cities’. El 40% de la población de nuestro país habita en una ciudad inteligente. Así lo asevera el análisis de la Red Española de Ciudades Inteligentes (RECI), que cuenta en su lista con 83 ciudades que albergan a cerca del 40% de la población española.
2.- España, pionera. El Índice IESE Cities in Motion, elaborado por la propia escuela de negocios, contiene un listado con las que, a su juicio, son las 165 ciudades más inteligentes de todo el mundo. Y España tiene la suerte de ser uno de los países con más puestos en dicho ranking, concretamente 10: Madrid (puesto 25), Barcelona (26), Valencia (63), Sevilla (85), Málaga (89), Mallorca (92), Valladolid (99), Bilbao (193), Vigo (104) y A Coruña (105).
¿De qué puedes disfrutar en una ciudad inteligente?
Aunque el concepto pueda sonar futurista para algunos, muchas de las ciudades que conocemos ya están dotadas de los principales factores de inteligencia urbana:
1.- Dispositivos conectados. El Internet de las Cosas (IoT, por sus siglas en inglés) es uno de los elementos imprescindibles de cualquier ciudad inteligente. En España contamos con ejemplos como el de Vigo (tiene un proyecto de IoT para la interconexión de edificios) o el de A Coruña, que cuenta con un sistema de sensores y cámaras que analizan el estado del tráfico para mejorar la movilidad de la ciudad.
2.- Servicios municipales. En una ciudad inteligente, la gestión de los servicios municipales debe ser, ante todo, eficiente. Es el caso de Madrid, que monitoriza en tiempo real servicios como el consumo de agua en cada momento o la recogida de basuras, o el de Sevilla, que analiza estado de la bomba de agua para mejorar el consumo y, de paso, la eficiencia energética de todo el municipio.
3.- Sostenibilidad. Aquí es donde, por ahora, reina Barcelona, que se ha marcado como objetivo las cero emisiones. No andan muy lejos Málaga, que tiene 200 vehículos eléctricos y alumbrado público inteligente que ahorra energía, y Valladolid, que tiene tanto puntos de recarga de vehículos eléctricos como de móviles.
4.- Transparencia y datos. Si todo está medida, ¿por qué no compartirlo con los ciudadanos? Es precisamente lo que han hecho en Valencia, que tiene una web de Open Data, o en Bilbao que está apostando por analizar datos que puedan desembocar en una mayor eficiencia en los servicios públicos diarios.

