Año de nieves, año de bienes. O eso dicen. No hay duda de que 2021 nos está recibiendo a lo grande. La borrasca Filomena nos ha dejado postales preciosas: ciudades cubiertas de nieve, carámbanos colgando de las ventanas, gente con esquís y trineos divirtiéndose en las principales arterias de la capital.
Pero a Filomena le ha seguido una ola de frío como hace mucho tiempo no vivíamos. Con registros de hasta -15 °C en áreas del interior peninsular, nos enfrentamos al riesgo que conlleva la formación de placas de hielo, seguido de la incomunicación y la falta de suministro en muchos pueblos y ciudades del país.
Con este panorama, ¿a quién no le apetece quedarse en casa saboreando una taza de chocolate caliente? Y ya si le sumamos una chimenea y un gran ventanal a través del cual ver cómo cae la nieve, mejor que mejor. Esto lo saben bien los países del norte, donde los inviernos son «Inviernos», y buscan sacar lo mejor de cada espacio, tanto interior como exterior.
Construir en zonas de frío extremo
Los climas fríos son unos de los más adversos a la hora de plantear una construcción. Un mal diseño puede acarrear numerosas complicaciones y hacer más inhóspito aún el lugar donde se construye. La arquitectura nos puede ayudar a solventar muchos de estos problemas si tenemos muy en cuenta el aislamiento y el diseño.
Un buen aislamiento es clave para construir en climas fríos y debe estar presente desde el primer momento. Aunque es importante saber que lo que sirve para un caso no siempre es lo más adecuado para otro, hay que tener prestar atención a:
- La condensación: la diferencia de temperatura interior y exterior puede resultar en la condensación del aire en las superficies. Si los materiales no son elegidos correctamente, se corre el riesgo de que aparezcan hongos, moho o incluso que se levante la pintura.
- Transmitancia térmica: se emplea para expresar la capacidad aislante de un elemento constructivo particular formado por una o más capas de materiales. Imprescindible tener en cuenta este dato para no empezar con mal pie.
El diseño, un buen aliado para combatir el frío
La forma de las construcciones puede sernos de gran ayuda a la hora de plantearnos una edificación en zonas de climas muy fríos.
- Techos inclinados o a dos aguas, eficaces ante las lluvias y las nieves.
- Las ventanas adecuadas. En términos de cantidad, sobre todo para «ajustar» la perdida de calor, o ganarla.
- Techos bajos, el calor tiende a subir. Cuanto más alto el techo, más frío el suelo.
- La pintura exterior. Los tonos oscuros absorben más el calor. Es bueno tener esto presente.
Para muestra, un botón
La mejor manera de comprender la idoneidad de estos conceptos es remitirse a ejemplos que ya existen. Os dejamos algunas construcciones impresionantes en lugares impensables:
Skýli por Utopia Arkitekter: capaz de afrontar las crueles inclemencias del invierno más extremo, Skýli (refugio en islandés) es el refugio de montaña diseñado por Utopia Arkitekter. Originalmente fue desarrollado para ser transportado con facilidad a las regiones más remotas de algunas de las rutas de trekking más famosas de Islandia.


Mirage Gstaadt por Doug Aitken: El artista americano Doug Aitken ha construido una casa-espejo en las montañas nevadas de Gstaad, Suiza. Convenientemente nombrada Mirage Gstaad, por la zona y el efecto óptico que genera, su arquitectura se hace eco de los paisajes cubiertos de nieve a la vez que desaparece en el entorno que la rodea.


Glass House por Santambrogio: Esta casa de cristal, con su transparencia y distinción, acoge la belleza del invierno y permite vivir el entorno a través de la arquitectura y los materiales. Sus formas simples y geométricas contrastan con los contornos de la naturaleza a la vez que el cristal se mimetiza armónicamente con el paisaje.

