En la última década la definición de oficina ha cambiado. Estos espacios físicos de trabajo requieren otras características, tecnologías e instalaciones para cumplir mejor su funcionalidad. En este sentido, cada vez hay un mayor número de empresas que están optando por edificios construidos con criterios de sostenibilidad. Y no solo por la estética o los presupuestos, también por las preferencias de sus empleados; especialmente los más jóvenes. Hemos analizado algunas de las oficinas más sostenibles del mundo que plantean soluciones a retos como la eficiencia energética, la gestión automatizada o la búsqueda del bienestar de sus ocupantes.
Platinum BCN (Barcelona)
El complejo Platinum BCN, situado en el corazón empresarial de Barcelona, cuenta con una superficie de 24.000 m2 dedicados a oficinas que, actualmente, ocupan empresas como WeWork, N26 y Glovo e instituciones como el Instituto Municipal de Hacienda del Ayuntamiento de Barcelona.
El inmueble se encuentra en el olimpo de la sostenibilidad a nivel mundial; alcanzando la máxima puntuación de la certificación Leed Platinum que otorga el US Green Building Council. El edificio ha logrado este reconocimiento gracias a —entre otras cosas— su nivel de aislamiento térmico, su campo solar fotovoltaico y su sistema de geotermia por cimentación termoactiva. Soluciones que ayudan a reducir más de un 40% los requerimientos energéticos y permiten que las fuentes de energía sean 100% renovables.
También destaca su modelo para la gestión del agua. Además de grifería de bajo consumo, Platinum BCN reutiliza las aguas grises y está dotado de un sistema de retención de aguas pluviales en la cubierta para el riego de las zonas verdes. De esta manera, consigue un ahorro de un 60% de agua global y reduce al máximo el uso de agua potable para el riego.
The Edge (Amsterdam)
The Edge es la sede de la multinacional Deloitte en Amsterdam. Se inauguró oficialmente en 2015 y ha sido calificado por muchos expertos como el edificio más sostenible del mundo. Ha obtenido la puntuación más elevada jamás registrada por el BREEAM (método estandarizado de evaluación y certificación de la sostenibilidad de edificaciones).
La orientación del edificio está pensada para utilizar al máximo la luz solar y la fachada sur está equipada con paneles solares que llegan a producir más energía de la que consume el propio complejo. Además, a unos 130 metros bajo tierra, dispone de un sistema de almacenamiento de energía térmica que se emplea para la calefacción y la refrigeración.
La domótica y el internet de las cosas (IoT) también juegan un papel fundamental. Las oficinas cuentan con un sistema que controla los movimientos de los empleados a través de una app. Un “gran hermano” que gestiona automáticamente factores como la iluminación o la temperatura ambiente de diferentes estancias de manera automática para lograr mayor eficiencia y mejorar el bienestar de los trabajadores. Un reto significativo si tenemos en cuenta que en The Edge se apuesta por el modelo hot desking y hay muy pocos empleados que tengan un puesto fijo.
Bullitt Center (Seattle)
El Bullitt Center es el edificio de madera más alto construido en Seattle. Sus más de 50.000 m2 —repartidos en seis plantas— fueron diseñados bajo los estándares de la certificación Living Building Challenge del International Living Future Institute. Se considera el “edificio de oficinas más verde del mundo”.
Energéticamente es autosuficiente —obtiene su energía a partir de paneles solares— y su diseño permite que los empleados puedan beneficiarse de la luz solar durante el 92% del horario laboral. Además, sus grandes ventanales se abren y cierran de forma autónoma en función del clima, la calefacción emplea pozos geotérmicos y los cuartos de baño funcionan con un sistema de compostaje.
Para los diseñadores, el factor humano es clave para que todas estas soluciones se implementen de manera efectiva. Por ese motivo, la estructura cuenta con un panel de control, al que puede acceder cualquier empleado, que muestra mediciones en tiempo real de la calidad del aire, el consumo de energía, la producción fotovoltaica o la gestión del agua. En su planta baja también alberga el Centro de Diseño Integrado, un laboratorio para transmitir conocimientos sobre el diseño ecológico y la eficiencia energética.
Estos edificios demuestran que es posible apostar por construcciones más racionales y beneficiosas para todos y que los diseños arquitectónicos sostenibles tienen un impacto positivo en los núcleos urbanos. Además, sirven como hoja de ruta para el diseño de las oficinas del futuro, que estarán definidas por factores como la tecnología, las personas o el propio espacio.