Madrid despierta del letargo. Tras un 2020 marcado por los retrasos y las paralizaciones, la ciudad retoma algunos de sus macroproyectos urbanísticos. En las últimas décadas el bisturí ha trabajado a destajo en la capital para hacer arreglos puntuales, pero este 2021 —si las previsiones se cumplen— la ciudad se enfrentará a una compleja intervención quirúrgica a corazón abierto.
En la agenda de este año están marcados proyectos que aspiran a renovar algunos lugares emblemáticos del centro histórico, como el de la remodelación de la Plaza de España, la nueva Puerta del Sol o las Torres Colón; y otros que apuestan por la creación de zonas verdes y peatonales, como la reurbanización del eje entre Joaquín Costa y Francisco Silvela. Pero, sin duda, uno de los hitos más esperados será el comienzo de las obras de Madrid Nuevo Norte. Y es que recoge el testigo de lo que comenzó denominándose hace más de 20 años Operación Chamartín y logró su aprobación definitiva el año pasado, con el acuerdo entre Ayuntamiento, gobierno regional y promotores.
Actualmente, es el mayor proyecto de regeneración urbana de Europa, pero ya antes otras ciudades se posicionaron con proyectos de envergadura. Paris con la Défense, Londres con Canary Wharf, Amsterdam con Zuidas o Hamburgo con Hafencity.
Paloma Relinque, directora de la oficina CBRE Madrid
Madrid Nuevo Norte echa a andar con la soterración de 200.000 m2 de vías pertenecientes a la estación ferroviaria de Chamartín. Aunque será el primer paso de unos trabajos que se prolongarán durante más de dos décadas, supondrán una inversión de 6.000 millones de euros y actuarán sobre tres millones de metros cuadrados de terreno a lo largo de una franja de 5,6 kilómetros de longitud; poniendo fin a la división y el aislamiento de barrios como Plaza de Castilla y avenida de Burgos o Fuencarral y Las Tablas.
La reurbanización de los terrenos se dividirá en tres zonas que se abordarán por fases:
- Las Tablas Oeste se terminará en 2033,
- Malmea-San Roque-Tres Olivos en 2037 y
- también está proyectado crear un Centro de Negocios cuyas obras finalizarán en 2045.


Un pulmón verde y un nuevo ‘skyline’
En total, más de 400.000 m2 para nuevos parques urbanos y zonas verdes; 295.000 m2 de estructuras de uso público —seis centros educativos, dos centros de salud y seis centros deportivos—; 1,6 millones de metros cuadrados de uso terciario y 10.500 viviendas, de las cuales un 24% serán de protección oficial.
Pero uno de los elementos más destacados de la iniciativa es su Centro de Negocios. Enlazará en pocos minutos con Atocha y el aeropuerto de Barajas y se postula como uno de los futuros centros de actividad económica de la región. Un espacio con más de 1,5 millones de metros cuadrados de oficinas que dibujará un nuevo ‘skyline’ en Madrid, con tres grandes rascacielos; uno de ellos, con cerca de 300 metros de altura, será de los más altos de Europa.
«De esta manera, Madrid podría ir mejorando la calidad del parque de oficinas», nos asegura Paloma Relinque, directora de la oficina de CBRE Madrid. «Podrá competir con ciudades como París, Londres o Ámsterdam y ofrecer un centro de negocios con edificios modernos y de alta calidad, energéticamente eficientes, en una localización central y bien comunicada».


Movilidad sostenible y accesibilidad
Un plan en el que la movilidad jugará un papel esencial, partiendo del potencial de la estación de Chamartín. En este sentido, y de acuerdo con las previsiones incluidas en el proyecto, los vecinos y trabajadores contarán con:
- Tres nuevas estaciones de Metro,
- una de cercanías,
- otra de autobús prioritario de alta capacidad y
- se construirán más de 13 kilómetros de carril bici.
Alrededor del 95% de los usuarios tendrá una estación de transporte público a menos de 10 minutos andando. Todo ello, con el objetivo de que el 80% de los desplazamientos se hagan de manera sostenible.
Además, Madrid Nuevo Norte también ha sido pensado para incorporar nuevos avances tecnológicos que se desarrollen en el futuro. Las normativas urbanísticas que se han aprobado tienen en cuenta la implantación de infraestructuras urbanas inteligentes que pueden extenderse al campo de la energía, la logística o la gestión del agua y los residuos. El propio espacio público, es decir, las calles y parques, también podrán integrarse en las redes de la ciudad inteligente.
En definitiva, el arranque del proyecto Madrid Nuevo Norte es una buena noticia para la ciudad. Favorecerá el acceso a la vivienda y acabará con la fractura histórica del este y el oeste. Convertirá la capital en un referente del urbanismo del siglo XXI, con los individuos en el centro de la toma de decisiones y logrando un entorno más eficiente desde el punto de vista económico, medioambiental y social.
En fin, Madrid en constante evolución, para seguir siendo una ciudad competitiva a la vez que amable con sus ciudadanos.
Paloma Relinque, directora de la oficina de CBRE Madrid