Donde había despachos ahora hay espacios abiertos o, como mucho, salas de reuniones. Donde había cajoneras estancas ahora hay mesas compartidas. Los departamentos cerrados han dejado paso a los cientos de metros cuadrados sin puertas y los tabiques a los espacios abiertos.
Es la filosofía que se ha instaurado en muchas grandes empresas. La tendencia viene impregnada de la filosofía emprendedora de las mejores ‘startups’ tecnológicas de Silicon Valley, pero poco a poco ha ido contagiando a varias de las mayores compañías del mundo, también en los sectores tradicionales.
Tres ejemplos
Un ejemplo de ello es el icónico edificio de EY en Madrid. Estrenado en 2017, cuenta con más de 20.000 metros cuadrados para sus empleados. Apenas hay despachos, ya que lo que abunda son espacios abiertos con hasta 375 puestos de trabajo compartidos y colaborativos. La empresa parte de una premisa: solo el 43% de sus trabajadores suele coincidir a la vez en la oficina, así que no tiene sentido hacer un espacio individual para cada uno.
Algo similar pasa apenas unos kilómetros más al norte, en la Torre Cepsa, donde la compañía española ha acometido en los últimos años una obra que ha abiertos las puertas de su oficina. No solo se trata de que haya menos despachos y más espacios compartidos, sino también de que, gracias a este cambio, ahora la oficina cuenta con mucha más luz natural para todos sus empleados, que tampoco tienen espacio fijo.
En Barcelona, Cisco también puede presumir de oficinas: el equipo de Arquitectura de CBRE eligió un edificio histórico y singular y lo transformaron en un espacio sostenible, abierto a la colaboración y referente en innovación, además de ser puntero a nivel arquitectónico. Descubre aquí más detalles y fotografías del proyecto. En la misma línea, los últimos trabajos realizados para Axa o Lexington en pleno Paseo de la Castellana son otro claro ejemplo de esta tendencia. Se trata de un paso adelante que muchas empresas deciden dar aprovechando el cambio de sede corporativa.
Las ventajas de las oficinas abiertas
Todas estas compañías han actualizado sus espacios y estas son las ventajas de las oficinas abiertas:
Espíritu de colaboración
El problema de la separación física entre departamentos es que muchas veces acaban no hablando entre ellos. Con los espacios abiertos se consigue el efecto contrario: que el diálogo y la colaboración entre empleados esté mucho más presente en el día a día.
Movilidad
En ciertos tipos de empresas hay muchos empleados con altos niveles de movilidad: consultores, comerciales, directivos… Entonces, ¿por qué hacer un espacio fijo para cada uno, si nunca estarán todos llenos? Las oficinas abiertas permiten tener un modelo de movilidad mucho más sencillo, además, ahorrando espacio.
Ambiente de trabajo
Muchas más horas de luz natural, un diseño más cuidado, más espacio para el descanso, mayor colaboración entre compañeros… El ambiente de trabajo en una compañía es esencial para el bienestar de los trabajadores, y eso es precisamente lo que se fomenta con las oficinas abiertas.